La puerta fácil
- Alejandro Cruz
- 24 sept 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 10 sept 2022
¿Quiénes de ustedes recuerdan alguna situación en donde querían huir de algún lugar y volver a casa? ¿El primer día de clases? ¿La primera vez que durmieron fuera de casa y lejos de la familia? ¿Algún momento en sus vidas en donde las dificultades los hicieron llegar al límite?
Así es nuestra vida espiritual, somos almas con un cuerpo y no un cuerpo con un alma. Nuestro estado natural es que somos seres espirituales encarnados para aprender. Nuestro hogar es “el cielo”, donde pasamos a un mundo de amor y la vida entre vidas. Muchos lo identificamos como nuestra casa, nuestro hogar, el lugar de donde venimos, intuimos que es el lugar donde estamos a salvo y fuera de peligro.
Nos encarnamos para venir a aprender, para crecer y evolucionar nuestra conciencia. La Tierra no es una escuela fácil, es una escuela que pertenece a la dualidad. Bajo estas condiciones de aprendizaje, vivimos situaciones límite en ocasiones y de sufrimiento. Sin embargo, nada sucede por casualidad, las pruebas a las que te has enfrentado o las que vives actualmente, muchas son producto de tus karmas (incluso de vidas pasadas) o elegidas por ti para tu crecimiento.
En ocasiones estas pruebas parecen de extrema dificultad en nuestras vidas, pruebas que parecen insuperables y es cuando surge ese deseo de “volver a casa”, de abandonar el cuerpo y salir de la vida. Bajo el libre albedrío que tenemos en esta escuela, en esta dimensión y en esta vida, lo podemos hacer pero esto sería el equivalente a reprobar la prueba. Entonces bajo este concepto, la prueba deberá de ser repetida solo que esta vez bajo mayores dificultades y así sucesivamente hasta que sea superada.
Además el dañar nuestro cuerpo va en contra de unos de los principios espirituales más básicos y pilar de nuestro crecimiento: amarnos a nosotros mismos. También hay que mencionar que el amor es distinto al ego, amar significa cuidar, agradecer y querer con el corazón. En cambio cuidar nuestro cuerpo bajo el concepto de ego, obedece en muchas ocasiones a la vanidad, superficialidad y vacío espiritual.
El deseo de escapar y usar la “Puerta fácil” es consecuencia de una desconexión espiritual y vacío de nuestro ser, hay un alejamiento total del amor de nuestro Padre Creador, Fuente Divina, Dios, Universo o como prefieras identificarla/lo.
En la vida hay dos grandes capítulos o llamados a comenzar/desarrollar nuestra vida espiritual: las dificultades económicas o los problemas de salud. Aunque también puede haber otros como el rompimiento de una relación, la pérdida de un ser querido, etc. Solo nosotros mismos y nuestro amor propio podrán sacarnos adelante y en muchas ocasiones ni el dinero o los bienes materiales podrán ayudar. Solo el amor es la fuerza para cambiar, mejorar y superar dicha situación.
Si conoces a alguien que esté pasando por esto, el desarrollo de la espiritualidad y el amor propio son los aliados para superar esta situación. En muchas ocasiones la solución no es la “ayuda profesional”, ni los medicamentos, ni cualquier otras solución que busque tapar los síntomas y no curar la causa. Nosotros no podemos cambiar la decisión o libre albedrío de otros pero si podemos trabajar con nuestra intención y nuestra luz para iluminar a otros.
Sin embargo, si alguien decide continuar con esta decisión, el alma guardará este recuerdo como una “solución” a los problemas, por lo que en vidas sucesivas esta opción se presentará como una alternativa una vez más. Bajo las leyes acción-reacción se atraerán situaciones que nos acerquen de nuevo a tomar esta decisión, o sea se atraerán dificultades una y otra vez hasta que la prueba sea superada. Así que esto lejos de ser una “Puerta fácil” de salida a los problemas, es una espiral del inicio de muchas dificultades que tendrán que ser experimentadas una y otra vez hasta aprobar el examen…
